En esta sociedad nuestra, los acontecimientos por muy importantes y trascendentales que sean, todos acaban siendo efímeros y cada hecho devora al siguiente en apenas horas o días. Y hoy, que se conmemoran seis décadas desde que los derechos humanos, la declaración, en papeles y firmas de grandes políticos, emergió como una norma a seguir por todos los pueblos y países, hoy tiene un espacio reservado para la alarma y la denuncia en todos los medios. Seguimos en el camino de siempre, el de tropezar en la misma piedra, en la misma violación, en la misma tortura, en la misma masacre.... y qué país, qué pueblo, que rincón del mundo puede mirar a su historia de antes, a su historia de hoy y permanecer con la conciencia tranquila.