El recorrido político es cíclico en nuestra democracia, y las urnas tratan de poner a cada cual en su sitio. La suma de muchos, hace que unos pocos decidan nuestro futuro, que embargamos durante cuatro años en unas cruces sobre un papel de color sepia o similar.
Y este embargo, reflexionado, decidido o impulsado, nos obliga a las dos partes, una a cumplir honestamente con lo prometido, acordado, proclamado desde la tribuna, desde el slogan; la otra, a aguardar el resultado.
Quien decida con su voto "subvencionarse" que sepa que las subvenciones se acaban, pueden prorrogarse, se negocian, desaparecen, se malgastan, se escriben con tinta invisible, a veces ni se escriben, se prometen en Europa, se consiguen después de rellenar no sé cuantos escritos y papeles -lo de la ventanilla única, no será literal ¡no!- se pierden en informes y contrainformes, se renegocian, se prometen...
Y este embargo, reflexionado, decidido o impulsado, nos obliga a las dos partes, una a cumplir honestamente con lo prometido, acordado, proclamado desde la tribuna, desde el slogan; la otra, a aguardar el resultado.
Quien decida con su voto "subvencionarse" que sepa que las subvenciones se acaban, pueden prorrogarse, se negocian, desaparecen, se malgastan, se escriben con tinta invisible, a veces ni se escriben, se prometen en Europa, se consiguen después de rellenar no sé cuantos escritos y papeles -lo de la ventanilla única, no será literal ¡no!- se pierden en informes y contrainformes, se renegocian, se prometen...
No me refiero a lo visible, a todas esas ayudas
que pueden hacernos la vida más fácil,
me refiero a las ilusiones invertidas,
a los compromisos ofrecidos,
a los sueños marcados,
a los caminos por recorrer,
a los caminos recorridos,
a las palabras que no se lleva el viento
que pueden hacernos la vida más fácil,
me refiero a las ilusiones invertidas,
a los compromisos ofrecidos,
a los sueños marcados,
a los caminos por recorrer,
a los caminos recorridos,
a las palabras que no se lleva el viento
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