Regreso. Siempre volver.
Adentrando los pies en la arena, la tierra se siente más cerca.
Un paseo solitario.
El sol acurrucado en el horizonte duerme al son de una nana.
Tumbado.
Mirando un cielo que no parece distinto al de otras veces,
inundado de estrellas que arrojan luz al espacio vacío.
Me gusta imaginar, desde niño, que mis sueños no despertarán para desvelarme.
Regreso. Siempre volver.
Cada domingo, al anochecer.
Hoy domingo. Anochecer.
Desconecto mi vida de la mía, de los demás,
e insignificante un punto móvil recorre la playa hasta caer exhausto.
Adentrando los pies en la arena, la tierra se siente más cerca.
Un paseo solitario.
El sol acurrucado en el horizonte duerme al son de una nana.
Tumbado.
Mirando un cielo que no parece distinto al de otras veces,
inundado de estrellas que arrojan luz al espacio vacío.
Me gusta imaginar, desde niño, que mis sueños no despertarán para desvelarme.
Regreso. Siempre volver.
Cada domingo, al anochecer.
Hoy domingo. Anochecer.
Desconecto mi vida de la mía, de los demás,
e insignificante un punto móvil recorre la playa hasta caer exhausto.
Comentarios
Publicar un comentario